Donner y Blitzen: La verdadera historia

Puede que todos los renos se hayan reído y burlado de Rudolph (Rodolfo), pero ¿qué hay de los extraños nombres de Donner y Blitzen (Trueno y Relámpago)?

Donner y Blitzen, junto con Dasher (Brioso), Dancer (Bailarín), Prancer (Santarín), Vixen (Bromista), Comet (Cometa) y Cupid (Cupido), recibieron sus nombres del escritor norteamericano Clement Clarke Moore en su poema de 1823 «La noche antes de Navidad».

Y el poeta originalmente les dio a Donner y Blitzen sus apodos holandeses equivalentes a Dunder y Blixen, que eran una forma popular de insulto leve en la Nueva York de los siglos XVIII y XIX; un equivalente de gosh darn en inglés (‘maldita sea’ en español).

¿Por qué el holandés?

Bueno, el poema estaba ubicado en Nueva York y, hasta 1664, Nueva York había sido un asentamiento holandés llamado Nueva Ámsterdam y el idioma se seguía hablando en todas partes.

Moore más tarde cambió los nombres al alemán, Donner y Blitzen, probablemente porque rimaban mejor con Comet y Vixen.

Pero la gran pregunta que ha dejado perplejos a los hablantes del inglés por generaciones es: ¿qué significan?

Sabiamente, el poeta nombró a dos de los renos de Santa Claus con dos de las cosas más rápidas y poderosas que atraviesan el cielo nocturno: Donner/Dunder significa ‘trueno’ y Blitzen/Blixem significa ‘relámpago’.

¿Qué hay de Rudolph?

Es interesante saber que el nombre del reno que pasó a la historia casi no era Rudolph.

En 1939, Robert L May, un redactor de una tienda de departamentos de Estados Unidos, recibió la solicitud de su empleador de escribir una historia de Navidad para regalar a los clientes que fuera alegre y que tuviera un animal.

Entonces, May, que ya conocía al equipo de los nueve fuertes renos de Santa del poema de Clement Clarke Moore «La noche antes de Navidad», decidió agregar un noveno reno a la historia.

Incluso empezó su cuento con un eco de las primeras palabras de Clement Clarke Moore diciendo: «Era el día antes de Navidad…» en lugar de «Era la noche antes de Navidad…»

Pero ¿qué nombre elegiría para agregar a Donner y Blitzen, junto con Dasher, Dancer, Prancer, Vixen, Comet y Cupid?

Sabía que tenía que empezar con la letra r para que rimara con red-nose (nariz roja) y reindeer (reno), pero todavía había muchas opciones para considerar.

Para enfocar su mente, escribió una lista de diez candidatos posibles: Rodney, Roddy, Roderick, Rudolph, Rudy, Rollo, Roland, Reggy, Reginald y Romeo.

Y esta lista original, que luego donó para su custodia a su anterior universidad Dartmouth College en New Hampshire, muestra que rodeó con un círculo solo dos de estos nombres: Rudolph y Reginald.

Sin embargo, a pesar de que el nombre no fue marcado, Dartmouth College informa que May originalmente había elegido el nombre de Rollo antes de cambiarlo a Rudolph y obtener la aprobación de sus jefes.

En una entrevista de 1963, May explicó que había llegado a la conclusión de que Rollo sonaba «demasiado feliz para un reno con un problema infeliz» y Reginald «parecía demasiado sofisticado» pero que Rudolph tenía un sonido agradable a la lengua al pronunciarlo.

También dijo que pensaba darle a Rudolph una brillante nariz roja después de observar la niebla del Lago Michigan desde la ventana de su oficina de Chicago. La niebla, pensó, podría dificultar el recorrido de Santa Claus y por eso tuvo la revelación de darle a Rudolph su famosa nariz.

La trama se resolvió y años más tarde inspiraría la exitosa canción sobre Rudolph cuando Santa lo fue a buscar una noche de Navidad con mucha niebla.

Pero, irónicamente, cuando May pensó la idea del argumento por primera vez en 1939, no tuvo muy buena recepción.

Su empleador, la compañía de catálogo y venta minorista de EE. UU., Montgomery Ward, consultó la opinión de un grupo focal que le advirtió que una nariz roja tenía connotaciones de alcoholismo.

Y, según el mismo May, su jefe le dijo: «¿No se te podría ocurrir algo mejor?».

A pesar de estos contratiempos, May logró convencer a su empleador de respaldar la idea y, con la ayuda de uno de los ilustradores de la compañía, hizo su primer boceto de Rudolph, el reno de la nariz roja.

Esa Navidad de 1939, el vendedor minorista, que tenía sucursales en todo EE. UU, repartió más de dos millones de copias gratuitas del folleto, que fue un éxito rotundo.

Tan exitoso fue, de hecho, que tras haberse terminado las restricciones de papel durante la guerra, otras 3,6 millones de copias se distribuyeron entre los compradores en 1946.

Pero el éxito de redacción de May estuvo acompañado por la tristeza. En 1939, al mismo tiempo que escribía la historia del Rudolph, el reno de la nariz roja, su esposa Evelyn perdió su lucha contra el cáncer, y quedó como padre único de su hija de diez años, Bárbara. Estaba tan lleno de deudas por las facturas del hospital de Evelyn que todavía estaba luchando por pagarlas muchos años después.

En un acto de compasión, los jefes de Montgomery Ward le dieron el copyright de la historia en 1947 y su suerte cambió.

El año siguiente se benefició financieramente de las versiones impresas y de audio de la historia. En 1948, a pedido de May, su cuñado Johnny Marks escribió las palabras y la música de la famosa canción «Rudolph el reno de la nariz roja». La canción, lanzada en 1949 y cantada por Gene Autry (apodado The Singing Cowboy) se convirtió en la canción navideña número uno en Estados Unidos. También le dio reconocimiento mundial a un reno con una nariz roja muy brillante y llevó a la creación de una empresa secundaria de productos relacionados con Rudolph.

May, que antes de su muerte en 1976 trabajaba tiempo completo en los negocios relacionados con Rudolph, remarcó que para escribir la historia había tomado como modelo al «Patito Feo» y sus propias experiencias de la niñez ya que era un niño tímido y pequeño que «sabía lo que era sentirse indefenso».

También decía que el cuento era una «historia de aceptación» que mostraba que la tolerancia y la perseverancia podían vencer la adversidad.

Es un mensaje que les llega a adultos y niños de todo el mundo desde entonces, como dice la canción: «El nombre de Rudolph pasará a la historia».

Con dulzura, la inscripción en la lápida de May en River Grove, Illinois, dice: «Robert L. May, padre de Rudolph el reno de la nariz roja».

¿De donde viene la palabra reno?

El origen de la palabra reno viene del nórdico antiguo hreinn, para reno. La palabra también puede remontarse al verbo germánico rennen, que significa ‘correr’. Acertadamente, ¡un reno puede correr hasta 50 millas (80 km) por hora y recorrer más de 3000 millas por año!


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